Está muy solo. Alberto Garzón, ministro de Consumo, llama a los españoles a comer menos carne para salvar a España del calentamiento global.
Es un debate que también existe en Francia: ¿deberíamos reducir nuestro consumo de carne para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y salvar el medio ambiente? En España, un ministro solo lleva esta lucha. Su nombre es Alberto Garzón, Ministro de Consumo. Pide a los españoles que coman menos y mejor carne.
Esta es la primera vez que un miembro del gobierno plantea esta idea. Garzón apunta principalmente a las granjas de carne y gigantes. Este tipo de cría es perjudicial, denuncia el ministro. 4.000 o 5.000 o 10.000 cabezas de ganado se hacinan en rincones despoblados de España. Animales "maltratados" que "contaminan el suelo, el agua y cuya carne luego se exporta".
Estas megagranjas tienen un impacto en el medio ambiente, pero no solo. Si los españoles no cambian de costumbre, es sencillamente para Alberto Garzón "el fin de España". Explica: "Somos un país mediterráneo, no es Inglaterra ni Alemania", la geografía no es favorable al Madrid. La desecación del suelo provocará, según el ministro, graves problemas de desertificación y turismo. “Visitar un desierto no es tan atractivo como visitar la Costa del Sol”.
¿Más carne, más masculinidad?
Este discurso no parece haber tomado conciencia en España. Hay que decir que los españoles comen mucha carne. Entre uno y dos kilos por persona por semana dependiendo de las fuentes. Esto es de dos a cinco veces más que las recomendaciones de la Agencia de Alimentos de España. El país es el mayor consumidor de carne de toda la UE. Los españoles comen un 30% más que la media europea.
Incluso durante la pandemia, el consumo de carne ha aumentado alrededor de un 10,5% en España con respecto a 2019. Las asociaciones de ecologistas, pediatras, médicos y nutricionistas están detrás de Alberto Garzón pero a nivel político no recibió apoyo, ni siquiera en su campo. Su colega del Ministerio de Agricultura denunció las críticas "profundamente injustas" hacia el mundo agrícola y el presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, se burló tajantemente: "A nivel personal, un chuletón en punto es difícil de superar".
Alberto Garzón fue a la batalla a sabiendas. En una entrevista con The Guardian hace unos días, confesó que sabía que atacar la agricultura industrial, y en particular la carne, generaría polémica. Para él, la explicación es cultural. Y son los hombres los que más tendrían que perder. Al parecer, según Garzón, "los hombres españoles sienten que su masculinidad se vería afectada si no pudieran comer un trozo de carne o una barbacoa". Algo para discutir durante [y sobre todo después] la cena de Nochevieja.
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